Millonarios, blando y sin ideas

El equipo de Rubén Israel no gusta, ni encanta. Los refuerzos no rinden y la hinchada, inquieta.

Esteban Jaramillo, columnista invitado.

Esteban Jaramillo, columnista invitado.

Foto: Archivo ETCE

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09 de marzo 2016 , 07:56 a. m.

No tiene, por estos días, el mejor estado de ánimo la hinchada de Millonarios. El pueblo en la tribuna no disfruta y crecen a la par inconformidad y nerviosismo. No se ven soluciones razonadas al atasco en el rendimiento, ni sus jugadores parecen aptos para reactivar un ritmo sostenido de victorias.

Salvo los aportes con talento de Jonathan Estrada y una que otra tapada salvadora de Nicolás Vikonis, los demás no marcan diferencias.

El equipo se ve blando y sin ideas, sus promocionados jugadores, recientemente incorporados, andan por los mínimos en su producción, sometidos por rivales de menor rango, que llegan al extremo de bailarlos.

El esfuerzo en la cancha es insuficiente. Los triunfos no son resonantes, los errores de concentración con frecuencia se manifiestan, factura en mano, y la falta de conclusión en las jugadas de ataque es un mal de frecuente aparición que al aficionado 'le saca la piedra'. Cuanto se añora a Dayro Moreno y Fernando Uribe, redentores con sus goles de los técnicos de turno.

Rubén Israel, el entrenador, se ve incapaz, porque su proyecto no cuaja, sus recomendados no trascienden y, lo peor, mantiene un conflicto, poco recomendable, con la prensa y con un sector del público.

Para colmo de males, sus colaboradores entraron en un juego de palabras y provocaciones gestuales con los rivales, que dejan entrever un lamentable estado emocional y anímico.

Los discursos del uruguayo ofenden la inteligencia de sus interlocutores. No tienen contenido, como vacío es el fútbol de su equipo, lo que no logra justificar, pese a su oratoria empalagosa y manipuladora. Su proceso no se ve , hasta ahora, sostenible.

El último resultado frente a Fortaleza, que venció al poderoso Millonarios en Techo, fue un azote público a su hinchada, la que nunca defrauda por su permanente presencia en las tribunas.

El castigo con reproches, por el juego discreto planteado en lo que va del torneo, no se acompaña de indiferencia, porque siempre la afición se encuentra a la expectativa de un saludable cambio de rumbo.

Sofisma de distracción fue aquel liderato relámpago, por solo un fin de semana, mientras rivales directos aplazaban sus partidos.

En Millonarios de acuerdo con las teorías de Israel, el resultado falsea la realidad del Juego. Para él, el único compromiso es con los números porque su capacidad de raciocinio futbolero no admite explicaciones diferentes.

El éxito vende y Millonarios no lo tiene.

Esteban Jaramillo Osorio
Especial para Futbolred
En Twitter: @estejaramillo

Esteban Jaramillo, columnista invitado.

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Foto: Archivo ETCE

Redacción Futbolred
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